viernes, 22 de agosto de 2008

No caigamos en la tentación

No caigamos en la tentación

De hacer de nuestra vocación

Una mercancía

Que se vende

Y que se compra;

De olvidarnos

De los marginados de la cultura;

De reducirnos a ser funcionarios

Al servicio de una enseñanza

No comprometida con la vida;

De callar por miedo,

Cuando debemos hablar

Para defender los derechos

De nuestros alumnos

De nuestros compañeros de trabajo

Y de cualquier persona;

De desalentarnos entre el peso

Y las dificultades de cada día;

De perder la confianza

En nuestro alumnos,

De domesticarlos con el autoritarismo

Que borra la originalidad

De cada uno.

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