miércoles, 8 de octubre de 2008

A ti...

En el día de ayer, el Señor lo llamó a compartir su mesa al Profesor Eduardo López, docente de Teología de nuestro Instituto.
Se hace difícil poder hablar en estos momentos ante la ausencia de un compañero de ruta y hermano de la fe. No me salen las palabras.
Solo atino a dar gracias al Señor: * por haberse manifestado su amor en una persona maravillosa como Él, * por darme la posibilidad de conocer a alguien con tanta simpleza, pero con enorme profundidad, * por dejarme crecer en la vivencia de la fe a partir de su testimonio, * por mostrarme en Él que la vivencia de la gracias es posible, * por expresarme el abrazo de Padre en un compañero, colega, hermano.
Gracias Padre, "por haber revelado estas cosas a los simples de corazón".
Y, a ti, querido hermano, hasta el Bienaventurado Paraíso.
Jorge

No llores si me amas ...

Si conocieras el don de Dios

y lo que es el cielo...

Sí pudieras oír el

cántico de los ángeles

y verme en medio de ellos...

Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos

los horizontes, los campos y los nuevos

senderos que atravieso...

Si por un instante pudieras contemplar como yo

la belleza ante la cual las bellezas palidecen...

¡Cómo!... ¡Tú me has visto, me has amado

en el país de las sombras

y no te resignas a verme y amarme

en el país de las inmutables realidades?

Creéme. Cuando la muerte venga

a romper las ligaduras

como ha roto las que a mí me encadenaban;

cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce,

y tu alma venga a este cielo

en el que te ha precedido la mía...

Ese día volverás a verme.

Sentirás que te sigo amando, que te amé,

y encontrarás mi corazón

con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz.

Ya no esperando la muerte,

sino avanzando conmigo,

que te llevaré de la mano por los senderos

nuevos de luz y vida.

Enjuga tu llanto y no llores si me amas.

San Agustín

4 comentarios:

Flor dijo...

Es muy difícil encontrar qué decir en un momento asi y ante estas palabras que llegan de verdad al corazón.
Por desgracia soy una desafortunada, por que compartí con Eduardo poco más de un año, pero sólo puedo decir que era una persona maravillosa, simple, sincera, y de seguro un excelente padre. No había clase en la que no hablara de sus hijos!
Es una de esas pérdidas inexplicables, que duelen en el corazón.
El haber visto a tanta gente el dia de su despedida solo me hizo corroborar que era tan excelente persona (o tal vez más)de lo que yo creí.
Solamente nos queda rezar por su descanso y por el presente de su familia, de sus hijos.
Realmente profe sus palabras me hicieron llorar.

sil dijo...

Me adhiero a este saludo...y ruego a Dios que acompañe a la familia de
Eduardo y les dé fuerzas para seguir adelante.
Aunque lo tuvimos poco tiempo como profesor, nos demostró una firmeza en sus convicciones que me ayudaron personalmente, y pude decírselo justo en su última clase con nosotras... Me queda su recuerdo como excelente persona.

Valeria Rodriguez dijo...

Profe,sus palabras son muy conmovedoras, muy tristes, pero tienen mucho de verdad.Eduardo era una exelente persona, el poco tiempo que estuvo con nosotras demostró serlo.
Rezaremos por él y por su familia.

valeria y ornela dijo...

SÓLO TENGO PARA DECIR GRACIAS POR HABER TENIDO LA OPORTUNIDAD DE RE ENCOTRARLO DESPUÉS DE TANTOS AÑOS Y PODER DARME CUENTO LO VALIOSO QUE ERA.
ESPERO QUE SU FAMILIA ENCUENTRE EN ÉL LAS FUERZAS PARA SEGUIR.