Actualmente dirige la editorial Teseo. Se trata de un proyecto orientado a la publicación de libros académicos de Iberoamérica. La característica distintiva de Teseo con respecto a otros sellos es la integración completa de tecnologías editoriales de punta, tales como la impresión bajo demanda (Print on demand o POD) y la distribución digital de libros físicos.
—¿Cómo ve la situación del libro y la demanda editorial hoy?
Los lectores, quizás por la enorme cantidad de información a la que acceden a través de la Web, se vuelven más exigentes en sus intereses, lo que lleva a que la demanda se estructure en nichos, en vez de constituir un grupo relativamente uniforme. Ahora bien, para llegar a estos lectores cada vez más dispersos, los editores se ven obligados a publicar más títulos, lo que implica muchísimos ejemplares adicionales, porque siguen utilizando la tecnología offset (que trabaja con grandes cantidades). Las librerías físicas reciben este flujo creciente de ejemplares y se ven obligadas a acelerar la rotación en vidrieras, mesas, estanterías, hasta que al poco tiempo deben devolver la mayoría de esos libros al editor, quien a su vez (por tener su depósito colmado), se ve en la necesidad de deshacerse de ellos: es así como un buen título termina, luego de algunos meses, guillotinado o saldado.
Se trata entonces de una crisis por saturación de oferta: se producen demasiados ejemplares, y la solución sólo puede provenir de la incorporación de tecnología digital en toda la cadena del libro.
—Es claro que la cultura y la economía se han transformado a partir de las nuevas tecnologías e internet. Nuevos modos de producción, distribución y difusión de la información, las relaciones, etc. y Teseo supo captar la nueva cultura digital. ¿Qué ventajas competitivas presenta Teseo en este panorama tanto para autores y lectores como para el mundo académico, universidades, escuelas, alumnos..?
—Nuestro objetivo es contribuir a que los libros universitarios puedan salir del laberinto de la edición actual. Eso significa permitir que los títulos estén disponibles siempre, y en el formato que el lector necesite: básicamente en libro físico o en versión electrónica. Nuestra plataforma digital apunta a que la palabra “agotado” ya no tenga sentido. Creo que es la única manera de ayudar a que ese lector especializado encuentre lo que busca, que el autor académico pueda beneficiarse de la venta de su obra y que las universidades continúen publicando los resultados de sus investigaciones.
A fin de cuentas, el encuentro entre el lector y el libro queda imposibilitado.
En cuanto a la calidad, la impresión digital está llegando a niveles notables.
—En diciembre de 2007 Teseo resultó ganador del concurso IncuBA, dependiente de la Dirección General de Industrias Creativas de la Ciudad de Buenos Aires. El programa IncuBA nos ha ayudado inmensamente, a través de tutorías especializadas, y también gracias a la posibilidad de tener nuestra propia oficina en el Centro Metropolitano de Diseño.
Educar.
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