¡Feliz de ti, Docente Educador,
si tienes un alma de pobre!
Si tienes un corazón desapegado,
para no prostituirte en pos del dinero
y de las posesiones.
Feliz de ti,
si tienes un corazón pobre,
sencillo y fraternal,
servicial y amistoso,
libre de soberbia,
vacío de prepotencias.
Feliz de ti,
si no te sientes dueño de tus alumnos,
sino servidor;
si no te sientes dueño de la verdad,
sino su buscador y peregrino;
si estás siempre abierto y dispuesto
a crecer aprendiendo lo nuevo.
Feliz de ti,
si puedes acercarte a tus alumnos
con la vulnerable autoridad de un servidor,
sin recurrir defensivamente a la riqueza
del poder autoritario.
Feliz de ti,
mientras reclamas la justa remuneración
de tu trabajo,
no mides tu misión en dinero,
porque sabes que tu tarea
trasciende esas medidas
y que la persona de tus alumnos
no se cotiza en oro.
Fuente:René J. Trosssero, del texto Bienaventuranzas de los docentes
3 comentarios:
¡¡¡CUANTA VERDAD!!!
QUE DISTINTO SERIA... SI TODOS
FUERAMOS ASI!!!
desde nuestro trabajo podemos lograr ser asi!!!
Muy Bueno profe!!
Me gustó mucho, sobretodo lo de no sentirnos dueños de la verdad sino buscadores y peregrinos. Ojalá pudieramos ser todos asi. Lorena
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